martes, 6 de octubre de 2009



Stanley Miller

Miller, inspirado en las ideas de Oparin y Haldane, construyó un aparato para conocer las posibles reacciones que habrían ocurrido en la Tierra primitiva. El aparato costaba, básicamente, de dos matraces unidos por dos brazos que formaban así un circulo cerrado.

Experiencia: colocó en el matraz de la parte superior una mezcla gaseosa. En el otro matraz introdujo agua y la hirvió. El vapor que se generaba se mezclaba con los otros gases. Hacía saltar una descarga eléctrica continua para provocar la reacción de los gases. Miller dejó funcionar su aparato durante una semana, al final de la cual analizó las sustancias y constató que se habían formado aminoácidos y otras moléculas orgánicas sencillas.

En 1969 cayó un meteorito en Australia. El análisis del meteorito mostró que prácticamente todos los aminoácidos encontrados en el mismo eran idénticos a los producidos en el experimento de Miller.



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